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El Salvador tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo: 36 por cada 100.000 habitantes en 2019, según la Policía. La violencia entre las maras y sus conflictos con las fuerzas de seguridad del Estado tienen graves consecuencias humanitarias y perjudican el acceso a la atención médica.
Hay bolsas de población que no pueden moverse libremente entre diferentes barrios y territorios de pandillas rivales, lo que impide que busquen atención médica. En algunas “zonas rojas”, el Ministerio de Salud ha suspendido los servicios debido a la violencia y las amenazas que sufre el personal médico.
En 2019, dentro de nuestras actividades de promoción de la salud y fortalecimiento comunitario, creamos seis comités de salud en barrios de San Salvador y la cercana ciudad de Soyapango. Estos comités pudieron trabajar en colaboración directa con el Ministerio de Salud para proporcionar atención médica.
En respuesta a la labor comunitaria de nuestro equipo de promoción de la salud, los comités también trabajaron con las autoridades locales para promover hábitos saludables y prevenir enfermedades. Entre estas actividades se incluían la desinfección del agua, campañas de saneamiento, la prevención de enfermedades transmitidas por los mosquitos y la capacitación en primeros auxilios.
MSF también colaboró con el Ministerio de Salud para facilitar el acceso a comunidades consideradas como peligrosas, donde la población se había quedado sin atención médica y sin promoción de la salud. Como resultado, se reanudaron los servicios de vacunación y de salud sexual y reproductiva y pudimos ofrecer atención en salud mental en los centros de salud.
En colaboración con el Sistema de Emergencias Médicas (servicio nacional de ambulancias) y los Comandos de Salvamento (asociación de voluntarios), continuamos ofreciendo servicios de emergencias y ambulancias en Soyapango. Se realizaron más de 1.650 derivaciones de emergencia desde comunidades donde no hay atención médica.
Además, colaboramos con instituciones estatales y otras ONG para brindar ayuda y refugio a migrantes, así como a personas deportadas y desplazadas. Respondimos a las necesidades médicas y de salud mental de casi 2.300 personas.
En El Salvador, en 2019, una de cada seis mujeres fue víctima de violencia sexual; MSF proporcionó salud mental a 70 víctimas de este tipo de agresiones. Asimismo, nuestros equipos médicos y de trabajo social ayudaron a personas que habían sufrido el asesinato o la desaparición forzada de familiares y también a las que vivían amenazadas o estaban en riesgo de ser reclutadas a la fuerza por las maras. Todas estas personas necesitan protección.
MSF también defendió públicamente la necesidad de acceso seguro del personal médico-humanitario a las zonas más afectadas por la violencia endémica.
Durante 2019, dirigimos aproximadamente 7.100 actividades comunitarias y nuestras clínicas móviles atendieron unas 10.500 consultas médicas y 2.900 de salud sexual y reproductiva.