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Nduta refugee camp
Memoria Internacional 2017

Tanzania

Sala de espera en uno de los puestos de salud de MSF en el campo de Nduta.
© Erwan Rogard
MSF en Tanzania A lo largo de 2017, miles de personas que huían de los disturbios en Burundi continuaron cruzando la frontera para buscar refugio en Tanzania.
Tanzania - Activity report 2017 map in spanish
© MSF

En enero, el Gobierno tanzano revocó la condición prima facie de los refugiados de Burundi, lo que significa que ya no se otorga el estatuto de refugiado automáticamente a los recién llegados y que cada persona debe obtener su estatuto de refugiado individualmente.

Aunque el número de llegadas desde Burundi se redujo a medida que avanzaba el año, en diciembre todavía había 315.156 refugiados en tres campos: Nyarugusu, Mtendeli y Nduta. Entre ellos, había 80.000 personas procedentes de República Democrática del Congo, que se habían instalado en Nyarugusu. A finales de año, todos los campos estaban llenos hasta su máxima capacidad.

En 2017, MSF trabajó en Nyarugusu y Nduta. En Nyarugusu, tenía una sala de emergencias con 40 camas y una unidad de estabilización; además, los equipos de MSF realizaron actividades de agua, saneamiento y promoción de la salud, dirigieron clínicas para pacientes con malaria y ofrecieron consultas de salud mental. Para finales de mayo, estas actividades llegaron a su fin y MSF traspasó parte de sus instalaciones médicas a la Cruz Roja de Tanzania.

En el campo de Nduta, que a finales de año estaba tan lleno que duplicaba su capacidad, MSF fue el principal proveedor de atención médica. Los equipos operaron un hospital de 175 camas y seis puestos de salud para pacientes ambulatorios, además de organizar actividades de promoción de la salud. Los servicios hospitalarios incluían atención materna, apoyo nutricional, pediatría, consulta general para adultos y una sala de urgencias. También se brindaron servicios ambulatorios especializados, por ejemplo el tratamiento del VIH, la malaria y la tuberculosis.

La malaria sigue siendo el problema médico más común en el campo: representó cerca de un tercio de todas las consultas ambulatorias en 2017. A pesar de las actividades integrales de prevención y control de la malaria llevadas a cabo en el campo (incluido el diagnóstico y al tratamiento), la tasa de infección siguió siendo muy elevada durante la temporada de lluvias. En diciembre, MSF distribuyó miles de mosquiteras en áreas de alto riesgo debido a la concentración de mosquitos y la alta incidencia de la enfermedad.

También hubo, como en años anteriores, un elevado número de pacientes con diarrea y enfermedades de la piel, debido a las malas condiciones de vida e higiene en algunas áreas del campo.

Como consecuencia de la excesiva estancia en el campo, la sensación general de inseguridad y la impotencia e incertidumbre sobre el futuro, en 2017 se produjo un incremento significativo de las necesidades de atención de salud mental entre los refugiados. Los principales diagnósticos fueron depresión, ansiedad y trastornos psicosomáticos. También aumentó el número de pacientes que acudieron al hospital de MSF con trastornos psiquiátricos agudos.

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