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En 2017, MSF amplió sus actividades en Caracas, para dar atención de salud mental a víctimas de la violencia urbana y la violencia sexual en colaboración con otras organizaciones locales e instituciones públicas. El proyecto, que comenzó a mediados de 2016 en dos de los barrios más peligrosos de la capital, Petare y La Vega, ahora también opera desde uno de los principales hospitales públicos, que también recibe a pacientes derivados de la región circundante. MSF considera, y así lo defiende, que la violencia sexual es una urgencia médica que debe abordarse dando atención integral a la víctima para evitarle un mayor sufrimiento. Este enfoque integral combina la atención médica y psicológica con el apoyo prestado por trabajadores sociales.
El pasado año, MSF comenzó a trabajar en Maracaibo, la segunda ciudad del país, prestando atención médica y mental a jóvenes y a víctimas de violencia sexual en cuatro centros de salud públicos. Los servicios incluyen controles pre y posnatales, métodos anticonceptivos, partos de emergencia y apoyo psicológico tanto en sesiones individuales como en grupo. Los promotores de salud de MSF también visitan colegios, centros deportivos y clubes juveniles para hablar de salud sexual y reproductiva.
En Sifontes, un área minera cerca de la frontera con Brasil, MSF comenzó a colaborar con el programa estatal de malaria para evaluar, tratar y prevenir la enfermedad.
Finalmente, durante las protestas de la primera mitad del año, que se saldaron con más de 100 muertos y miles de heridos, MSF dio apoyo a hospitales de cinco ciudades, incluida Caracas, con suministros médicos, apoyo psicológico y asistencia técnica (por ejemplo, con cursos de capacitación sobre incidentes con víctimas en masa).