101,500
101,5
21,800
21,8
19,700
19,7
9,500
9,5
4,200
4,2
4,000
4,
3,400
3,4
Gran parte de las infraestructuras públicas, incluidos los centros de salud, han sido destruidas. Las restricciones a las importaciones debidas al bloqueo impuesto por la coalición liderada por Arabia Saudí (SLC) en 2015, sumadas a la inflación, han afectado gravemente a la atención médica disponible y a otros servicios esenciales. Además, muchos de los 50.000 sanitarios del país llevan sin cobrar desde agosto de 2016 y, en consecuencia, han tenido que dejar sus trabajos para buscar otras fuentes de ingresos.
La concatenación de estos factores ha conducido al colapso del sistema de salud y a brotes de enfermedades como el cólera y la difteria. Incluso en los periodos durante los que los centros médicos están en funcionamiento, la mayoría de la gente ya no puede permitirse lo que cuesta el transporte. Esto significa que no pueden buscar atención médica cuando la necesitan y que afecciones muy fáciles de curar se convierten en enfermedades letales.
Para responder a las crecientes necesidades humanitarias, MSF amplió sus actividades en 2017; sus equipos trabajaron en 13 hospitales y centros de salud de 12 gobernaciones y dieron apoyo a otros 20 centros más dependientes de la Sanidad pública. MSF regresó a los hospitales de Haydan y Abs, bombardeados por la coalición en octubre de 2015 y agosto de 2016, respectivamente. En total, en 2017, MSF contaba con más de 1.790 trabajadores nacionales e internacionales y daba apoyo a más de 1.000 empleados del Ministerio, lo que hace de Yemen una de sus mayores misiones en términos de recursos humanos.
Los equipos de MSF realizaron 19.728 cirugías en 2017. En el hospital de urgencias quirúrgicas dirigido por MSF en Adén, debido a la intensificación de la violencia, el equipo observó un aumento del número de pacientes, no solo procedentes del frente, sino también del interior de la ciudad.
Muchas afecciones de salud básicas ya resultan imposibles de tratar cuando los pacientes llegan a las clínicas de MSF. Por ejemplo, cada vez son más las mujeres que dan a luz en casa o llegan con complicaciones. En Taiz, la segunda ciudad más grande de Yemen y escenario de intensos combates durante más de dos años, MSF atendió más de 7.900 partos en el hospital materno-infantil de Al Huban. A ambos lados del frente de Taiz, la violencia indiscriminada sigue amenazando la vida de la población todos los días.
Por último, MSF donó suministros médicos, incluidos kits quirúrgicos y medicamentos, a más de 20 hospitales gubernamentales y centros de salud en todo el país.
Cólera, una crisis dentro de otra crisis
En 2017, MSF tuvo ingresados a 101.475 pacientes en sus centros de tratamiento del cólera (CTC). El brote ejemplifica las repercusiones del conflicto en el pueblo yemení. Sin la guerra, no habrían tenido tantos problemas para tener agua potable, manejar correctamente sus desechos y conseguir atención médica.
En abril de 2017, cuando se declaró el brote, MSF intervino de inmediato; abrió 37 CTC y puntos de rehidratación oral en 9 de las 22 gobernaciones del país. La unidad de tratamiento (de 15 camas) del hospital Jamir en Amran se saturó rápidamente y tuvo que ser reemplazada por una más grande, de 100 camas. En Hajja, una de las gobernaciones más afectadas, tan solo el CTC de Abs ingresó a 15.769 pacientes, casi una sexta parte del total de pacientes de MSF en esta la epidemia. En la gobernación de Ibb, además de instalar un CTC, MSF capacitó al personal del hospital para identificar y tratar la enfermedad y derivó a los pacientes más vulnerables a los centros de tratamiento. Los equipos de los CTC también impartieron formación sobre las mejores prácticas para prevenir la propagación y organizaron actividades de promoción de la salud para monitorizar la calidad del agua, distribuir kits de descontaminación y mejorar la concienciación sobre la enfermedad.
En la tercera semana de junio, cuando el brote alcanzó su punto álgido, MSF tuvo ingresadas a 11.139 personas. A partir de este momento, el número de pacientes comenzó a disminuir, hasta apenas unos cientos en octubre.
Difteria: reaparece una enfermedad desatendida
A medida que la epidemia de cólera se extinguía, los equipos comenzaron a recibir a los primeros pacientes con difteria. Casi el 70% de los casos sospechosos se identificaron en Ibb y el resto se distribuyó entre otras 15 gobernaciones. Esta enfermedad, que sin tratamiento puede ser mortal hasta en el 40% de los casos, fue eliminada de la mayor parte del mundo tras campañas sistemáticas de vacunación infantil. El último caso registrado en Yemen se remontaba a 1992 y el último brote a 1982.
MSF abrió una unidad de tratamiento de la difteria en el hospital Nasser de la ciudad de Ibb y en el hospital Al Nasr de Ad Dali, y prestó apoyo a otras dos unidades en los hospitales de Yarim y Jibla, este último con unidad de cuidados intensivos. También estableció un sistema de derivación mediante ambulancias. Además, MSF colaboró con el transporte de muestras al laboratorio y desarrolló actividades comunitarias de promoción de la salud. En 2017, MSF trató a más de 400 pacientes con difteria.
Tratamiento de la insuficiencia renal
Desde 2015, cuatro de los 32 centros de tratamiento renal de Yemen se han visto obligados a cerrar y los 28 restantes se están quedando sin suministros esenciales, por lo que el tratamiento se interrumpe con frecuencia. En los últimos dos años, MSF ha importado más de 800 toneladas de suministros para diálisis y ha ofrecido más de 83.000 sesiones a unos 800 pacientes, además de brindar apoyo a seis centros especializados (el programa en tres de ellos fue traspasado a otra organización). Más de 4.400 pacientes con insuficiencia renal siguen necesitando atención urgente.
Desafíos para los programas de MSF
El respeto por los principios humanitarios y la seguridad de las instalaciones y el personal médico siguen siendo preocupaciones esenciales para MSF en Yemen, así como las limitaciones a la importación y sus efectos en la Sanidad yemení.
Las autoridades de Saná y Adén continúan imponiendo nuevos requisitos y restricciones, a menudo arbitrarios, a las operaciones de ayuda en todo el país. En noviembre de 2017, la coalición impuso un bloqueo total al personal y suministros humanitarios en los puertos y aeropuertos bajo su control, lo que mermó la capacidad de MSF para ayudar a las comunidades vulnerables. En 2017, la oficina en Yibuti organizó más de 200 vuelos a Yemen para transportar más de 500 toneladas de carga y trasladar a 1.200 trabajadores.