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Malaui ha avanzado mucho desde la década de 1990, cuando la epidemia de VIH se encontraba en su apogeo en el país. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer. Según Onusida, las estimaciones de prevalencia del VIH se redujeron desde el 14,2% en 2003 hasta el 9,2% en 2016. A mediados de 2017, 714.691 personas con VIH recibían tratamiento antirretroviral.
Sin embargo, el VIH todavía es la principal causa de muerte entre la población adulta y se registran unos 28.000 nuevos casos al año. El progreso alcanzado depende en gran medida de la financiación internacional y hay una carencia crítica de personal sanitario cualificado.
Un nuevo enfoque
En Chiradzulu, en 2017, MSF estaba en vías de culminar un proceso de cuatro años de traspaso de sus programas de VIH al Ministerio de Salud. En 2016, los estudios de MSF identificaron lagunas en la detección y tratamiento de aquellos pacientes cuyas terapias de primera y segunda línea estaban fracasando; también revelaron que solo el 30% de los adolescentes seguían un régimen eficaz.
MSF desarrolló actividades específicas dirigidas a mejorar la atención a estos pacientes y su adherencia al tratamiento. Entre ellas se incluyó la creación de servicios integrales y multidisciplinarios para adolescentes, para pacientes con dificultades para seguir el tratamiento y para los que directamente no responden al mismo.
Cáncer de cuello uterino
Malaui tiene la tasa más alta de cáncer de cuello uterino del mundo, con una incidencia estimada en 75 mujeres afectadas por cada 100.000 al año. Sin embargo, no se administra la vacunación preventiva y solo entre un 10 y un 20% de las mujeres se hacen la prueba de detección precoz. MSF siguió desarrollando su proyecto integral en la ciudad de Blantyre y en el distrito de Chiradzulu, que incluye detección y tratamiento de lesiones precancerosas, vacunación contra el virus del papiloma, tratamiento del cáncer y cuidados paliativos.
VIH y TB en Nsanje
Mediante el modelo ‘Apoyo contra la TB y el VIH en el distrito de Nsanje’, MSF ayudó a la infrafinanciada Sanidad nacional a reforzar su coordinación, solventar las brechas críticas (por ejemplo, en términos de personal y suministro de fármacos) y mejorar los servicios de VIH y TB mediante la formación del personal sanitario del hospital de Nsanje y 14 centros de salud. Para reducir la mortalidad relacionada con el VIH, se prestó especial atención a los pacientes en estado avanzado, desde la detección temprana hasta la mejora de la atención en el hospital de referencia.
Atención a personas que ejercen la prostitución
Como parte de su proyecto en el ‘pasillo’ transnacional constituido por las rutas de transporte entre Malaui y Mozambique, MSF ofreció servicios integrales de VIH, TB y salud sexual y reproductiva a camioneros y personas que ejercen la prostitución en esta zona. Este programa se desarrolló en clínicas de ‘ventanilla única’ en Mwanza, Zalewa, Dedza y Nsanje.
Centros penitenciarios
En las cárceles de Chichiri y Maula, MSF gestionó un paquete de diagnóstico y atención primaria para personas con VIH y TB, además de mejorar los servicios de agua y saneamiento. El modelo ha sido aceptado como un ejemplo de buenas prácticas. MSF espera que se implemente en todo el país y que se aborden los problemas de hacinamiento extremo y desnutrición en los centros penitenciarios.