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Aquarius Disembarking at Valencia Port Spain
Memoria Internacional 2018

Presentación

Decenas de millones de personas viven desplazadas de sus hogares en todo el mundo y millones más están atrapadas en conflictos y sometidas a fuerzas políticas que, de forma deliberada o no, bloquean la ayuda vital que necesitan. En 2018, la magnitud de la violencia y del sufrimiento que causa en los civiles siguió siendo espantosa.

En 2018, Médicos Sin Fronteras (MSF) se enfrentó a un aluvión de cínicos ataques y discursos tóxicos, que se proponían criminalizar a los migrantes y a quienes intentan ayudarlos, y socavar la acción humanitaria, el derecho internacional y los principios básicos de la humanidad y la solidaridad.

El más emblemático y descarado de estos ataques puso fin a las operaciones de búsqueda y rescate del Aquarius en el mar Mediterráneo, y condenó a cada vez más personas a ahogarse en la que es ya la ruta migratoria más mortífera del mundo. Cualesquiera que sean los motivos para que una persona abandone su país de origen –porque huya de la violencia, la pobreza, la inseguridad o de los efectos del cambio climático–, quien se desplaza tiene derecho a la protección y a la atención médica, igual que aquellos que deciden quedarse o no pueden irse.

Por nuestra parte, coincidamos o no con la agenda política, seguiremos ofreciendo a todas las personas que están en peligro la asistencia médica más apropiada y eficaz que podamos. Nuestros equipos siempre realizan sus propias evaluaciones para determinar las necesidades médicas y qué tipo de asistencia podemos ofrecer, y en ese proceso consultamos antes que nada a las personas a las que procuramos ayudar.

Como se verá en esta memoria de actividades, la implicación comunitaria y los modelos de atención centrados en el paciente ya están integrados en muchos de nuestros proyectos. Sin embargo, una de nuestras prioridades sigue siendo comprender cómo podemos trabajar mejor con las personas a las que atendemos y con sus comunidades, para definir así los modelos de atención más adecuados. Esta es la única forma en que verdaderamente asumiremos nuestra responsabilidad con estas personas y estaremos preparados para cumplir con nuestra misión en años venideros.

No podemos hablar de ser responsables y centrarnos en las personas sin también mencionar nuestros esfuerzos por hacer frente a los comportamientos de abuso y acoso dentro de MSF y por dar apoyo a quienes los sufren. Los canales de queja han mejorado y, como resultado, hemos observado un aumento en la cifra de denuncias; pero, dado el tamaño y alcance de nuestra organización, sabemos que debe de haber más. Por lo tanto, debemos hacer más. Debemos mejorar nuestros sistemas y ampliar el acceso a los mismos, y debemos garantizar que nuestro personal y los pacientes y sus cuidadores y comunidades confíen en estos mecanismos y los usen.

Nuestra misión social conlleva que nuestros equipos trabajen en situaciones difíciles y estresantes, a menudo en circunstancias horribles, para brindar asistencia médica vital a personas que de otro modo no la tendrían. Estamos inmensamente agradecidos a las decenas de miles de personas que trabajan en los proyectos en el terreno y dedican su día a día a ayudar a los demás. Este trabajo no sería posible sin los más de 6 millones de personas y entidades privadas que nos confían sus fondos. Gracias por seguir creyendo en nuestro trabajo.

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