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El conflicto en Afganistán siguió intensificándose en 2017 y las ya enormes necesidades médicas se agravaron. El número de personas que buscan atención médica en los seis proyectos que dirige MSF en cinco provincias no dejó de crecer a lo largo del año. Los equipos de MSF atendieron más de 70.000 partos en 2017, casi uno de cada cuatro partos asistidos por la organización en sus proyectos en todo el mundo.
Servicio de urgencias en Kunduz
El 3 de octubre de 2015, uno de los días más negros de la historia de MSF, un ataque aéreo estadounidense destruyó el hospital de MSF en la ciudad de Kunduz; murieron 42 personas, entre ellas 14 de nuestros compañeros. Este ataque a un centro especializado en urgencias traumatológicas privó a miles de personas de atención médica vital y dejó una huella imborrable. MSF recibió un apoyo abrumador de sus donantes y de la sociedad civil mundial. En efecto, lo que estaba en juego no era solo el trabajo de MSF en Kunduz, sino la capacidad de brindar atención de urgencia en primera línea en conflictos en todo el mundo.
Tras el ataque, MSF inició un periodo de reflexión interna y mantuvo intensos debates al más alto nivel con todas las partes en conflicto, con el fin de comprender hasta dónde estábamos dispuestos a llegar para trabajar en primera línea de un conflicto y cómo reducir la probabilidad de este tipo de ataques en el futuro. Tras un año y medio de negociaciones, MSF obtuvo compromisos formales de que su personal, pacientes y hospitales estarían a salvo y de que podría prestar atención médica a cualquier persona que la necesitase, independientemente de su origen étnico, creencias políticas o filiaciones.
En Kunduz, la necesidad de atención de urgencia vital y servicios gratuitos y de calidad sigue siendo muy acuciante. Si bien sabemos que nunca tendremos plenas garantías cuando trabajamos en zonas de conflicto, creemos que los compromisos obtenidos nos permiten regresar y manejar los riesgos que conlleva este contexto. El regreso de MSF a Kunduz es paulatino; se inició en julio de 2017 con la apertura de una clínica ambulatoria para pacientes estables con quemaduras leves, heridas derivadas de cirugías anteriores, traumatismos menores o enfermedades como la diabetes que causan lesiones crónicas de la piel. MSF mantiene una pequeña clínica de estabilización en el distrito de Chardara, a las afueras, y planea abrir un nuevo hospital de urgencias en la ciudad en 2019.
Las necesidades médicas se acrecientan en Kabul
La capital afgana ha experimentado un enorme crecimiento demográfico a lo largo de la última década y la Sanidad pública no puede satisfacer todas las necesidades médicas. La ciudad sigue recibiendo a gente que llega de otras regiones del país huyendo de la inseguridad o en busca de oportunidades económicas.
Desde 2009, MSF apoya al Ministerio de Salud Pública en el hospital de distrito de Ahmad Shah Baba, en el este de Kabul; este centro atiende a más de 1,2 millones de personas. MSF dirige los servicios ambulatorios y de hospitalización, con una atención especial a la salud materna (incluida pre y posnatal) y a las urgencias. MSF también colabora con los servicios de neonatología, pediatría, cirugía, nutrición, planificación familiar, promoción de la salud, vacunación, laboratorio, radiología, así como en los programas de tuberculosis y enfermedades crónicas no transmisibles (como la hipertensión y la diabetes). En 2017, el hospital realizó más de 116.000 consultas ambulatorias e ingresó a más de 2.000 pacientes al mes; en estas instalaciones nacieron más de 20.000 bebés, casi 60 al día.
Por otra parte, MSF colabora con el Ministerio para proporcionar atención materna las 24 horas del día en el hospital de Dashte Barchi, la única instalación con capacidad para atender emergencias y partos complicados en un distrito de más de un millón de habitantes. MSF trabaja en el paritorio, el quirófano de cesáreas y partos complicados, la sala de recuperación, la maternidad (de 30 camas) y la unidad de neonatos (con 20). En 2017, MSF atendió unos 16.000 partos, un tercio de ellos complicados. A finales de año, MSF comenzó a apoyar a otro hospital de la zona con personal, cursos de capacitación y medicamentos esenciales, con el fin de reforzar la capacidad de sus servicios de maternidad.
Hospital de Boost, en Lashkar Gah
Otro equipo de MSF trabaja en el hospital provincial de Boost, en Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand; es uno de los tres hospitales de referencia en el sur de Afganistán. Esta provincia es una de las más afectadas por el conflicto y la inseguridad reinante se cobra un alto precio en términos de disponibilidad de atención médica, particularmente para quienes viven en los distritos de las afueras de la ciudad. El hospital dispone ahora de 353 camas y la tasa de ocupación media se acerca al 100%; de hecho, los ingresos excedieron la capacidad en varias ocasiones a lo largo del año. En 2017, el equipo atendió 11.000 partos y más de 90.000 consultas de urgencias. Cerca de 3.500 niños recibieron tratamiento para la desnutrición severa, un 40% más que en 2016.
Maternidad de Jost
Desde 2012 MSF dirige una maternidad en Jost (en el este de Afganistán), que proporciona a las mujeres un entorno seguro y atención ininterrumpida. El número de partos continúa creciendo: en 2017, fueron 23.000. MSF también colabora con cinco centros de salud en los distritos periféricos de la provincia, para reforzar su capacidad en partos sin complicaciones, de forma que el hospital pueda concentrarse en los complicados. El apoyo incluye el fortalecimiento del sistema de derivación para casos complicados, suministros médicos, capacitación del personal, asistencia financiera para la contratación de más parteras y la construcción de nuevos edificios para servicios de maternidad en dos de los centros.
TB-DR en Kandahar
En 2017, los primeros pacientes del programa de tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR) de MSF en Kandahar completaron con éxito su tratamiento y recibieron el alta. Desde el inicio del proyecto, se les ha diagnosticado la TB-DR a 41 pacientes y 13 de ellos iniciaron un régimen de tratamiento innovador que lo reduce de los al menos 20 meses habituales a tan solo nueve. El tratamiento más corto produce menos efectos secundarios y mejora la calidad de vida de los pacientes. El proyecto cuenta con un laboratorio e instalaciones para acomodar en Kandahar a los pacientes en tratamiento. En 2017, MSF también dio apoyo al hospital regional de Mirwais y organizó capacitaciones en otros centros para mejorar la detección de la tuberculosis (incluyendo los casos no resistentes).