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En 2017, MSF continuó trabajando para reducir la mortalidad infantil en la región central de Bafatá mediante programas específicos en el hospital regional, donde gestionó los servicios de neonatología y pediatría. También inició un programa de nutrición destinado a niños menores de 15 años.
Estos equipos también dieron apoyo a cuatro centros de salud en áreas rurales y formaron a trabajadores comunitarios de salud para diagnosticar y tratar la diarrea, la malaria y las infecciones respiratorias agudas, así como para detectar y derivar a los pacientes que presentaran desnutrición. También organizaron un sistema de derivación hospitalaria para los pacientes que lo necesitaran.
MSF duplicó la capacidad de camas del hospital regional durante la temporada de máxima incidencia de malaria y, como medida preventiva adicional, implementó una estrategia de quimioprevención de la malaria estacional (SMC) por segundo año consecutivo; 21.000 niños fueron tratados en Bafatá. Como resultado de las iniciativas de incidencia política y de capacitación de los equipos, las autoridades sanitarias asignaron fondos para llevar la SMC a otras regiones del país.
En el Hospital Nacional Simão Mendes (HNSM) de la capital, MSF trabajó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y, a partir de septiembre, instaló 40 camas en la uci de neonatos. El equipo trabajó en estrecha colaboración con los servicios pediátricos del Ministerio de Salud para reducir la elevadísima tasa de mortalidad infantil en la uci, provocada principalmente por la sepsis, las infecciones del tracto respiratorio inferior y la malaria.