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Médicos Sin Fronteras se centra en la atención a determinados grupos especialmente vulnerables de población, y ofrece pruebas de detección, tratamiento y apoyo a las personas con VIH; atención de salud sexual y reproductiva a los adolescentes; y asistencia médica a los refugiados.
Mejorar el tratamiento del VIH
En Uganda viven 1,2 millones de personas con VIH. A pesar de los esfuerzos por mejorar el acceso a las pruebas de detección y a la atención médica, aún quedan vacíos importantes. Cada vez más, la resistencia a los medicamentos antirretrovirales da lugar a fracasos en los tratamientos de primera y segunda línea, y la disponibilidad y el suministro de medicamentos de tercera línea (regímenes de rescate) pueden ser erráticos.
En Arua, brindamos atención para personas con VIH avanzado, que incluye pruebas en el punto de atención, tratamiento de la meningitis criptocócica (que es causada por la baja inmunidad), control clínico mejorado de los pacientes que no han logrado supresión viral, pruebas moleculares de resistencia a los medicamentos y tratamiento de tercera línea. Las actividades adicionales orientadas específicamente a niños y jóvenes comprenden detección temprana del VIH, apoyo mutuo entre pacientes y asesoramiento psicosocial.
En Kasese, nos centramos en las comunidades rurales de pescadores de los lagos Eduardo y George. Apoyamos la formación de grupos comunitarios para aumentar el acceso a la atención médica y para favorecer la adherencia al tratamiento, lo que contribuye a mejorar las tasas de supresión de la carga viral.
Salud sexual y reproductiva para adolescentes
Los adolescentes son especialmente vulnerables a las enfermedades de transmisión sexual y a los embarazos no deseados. Hay poca conciencia de los riesgos, los factores agravantes y las consecuencias, y el apoyo especializado disponible es insuficiente.
En 2015, abrimos una clínica en Kasese para proporcionar servicios de salud sexual y reproductiva. En 2018, atendimos más de 32.000 consultas y organizamos sesiones de concienciación y actividades recreativas para aumentar la participación.
Asistencia a las poblaciones refugiadas
Más de 100.000 personas que huyeron de la violencia en el noreste de República Democrática del Congo cruzaron el lago Alberto y llegaron al distrito de Hoima entre finales de 2017 y principios de 2018.
En febrero, la zona se vio afectada por un brote de cólera, con más de 2.500 casos, más del 40% de los cuales eran graves. Lanzamos una respuesta de emergencia, en la que administramos vacunas orales a 47.500 personas y garantizamos el suministro de agua limpia. Nuestros equipos en los campos de refugiados también vacunaron contra el sarampión y otras enfermedades, atendieron consultas médicas y ofrecieron servicios de salud sexual y reproductiva.
En el distrito de Yumbe, desde 2016, brindamos atención ambulatoria y hospitalaria, servicios de maternidad y vacunaciones a los refugiados sursudaneses. Proporcionamos agua potable e implementamos un sistema de recopilación de datos para supervisar las condiciones y necesidades médicas en los asentamientos.
A principios de 2018, la cantidad de personas que llegaban de Sudán del Sur comenzó a disminuir, y traspasamos nuestras consultas médicas básicas a otras organizaciones, para poder centrarnos en la salud mental y en la asistencia a víctimas de violencia sexual. Así, habilitamos estos servicios en los asentamientos de Imvepi y Rhino, además de actividades externas en Bidi Bidi a partir de mayo.