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En 2018, observamos un aumento continuo en el número de personas que llegaban a nuestros centros médicos en busca de atención. La población afgana sigue sufriendo las consecuencias de la inseguridad, la disfuncionalidad de la Sanidad y el desplazamiento interno causado por la violencia o por desastres naturales como la sequía. El conflicto y los problemas económicos limitan gravemente el acceso de las personas a la atención médica. En la actualidad, más del 50% de los afganos viven por debajo del umbral de la pobreza y unos 10 millones de personas reciben poca o ninguna atención médica básica.
Actividades en Kabul
En la capital ha habido un crecimiento masivo de la población en la última década, debido a que, desde otras partes del país, sigue llegando gente que huye de la inseguridad o busca oportunidades económicas. Los retornados de Pakistán e Irán también han contribuido al crecimiento demográfico.
Desde 2009, hemos apoyado al Ministerio de Salud Pública en el hospital de distrito de Ahmed Shah Baba, en el este de Kabul, donde gestionamos los servicios ambulatorios y la hospitalización, con especial hincapié en las urgencias y la salud materna. En 2018, iniciamos el traspaso de actividades al Ministerio, empezando por la atención ambulatoria en diciembre. Entre 2009 y 2018, nuestros equipos realizaron más de un millón de consultas externas y atendieron 460.000 urgencias. En 2018, también dimos apoyo a la atención neonatal, pediátrica, pre y posnatal, los servicios quirúrgicos, el tratamiento de la desnutrición, la planificación familiar, la promoción de la salud y las vacunaciones. Las actividades de maternidad se traspasarán a finales de marzo de 2019.
En el hospital de Dashte Barchi, seguimos colaborando con el Ministerio de Salud para brindar atención materna las 24 horas del día. El hospital es el único que atiende urgencias y partos complicados en un distrito con más de un millón de habitantes. Gestionamos el paritorio, un quirófano, una sala de recuperación, una maternidad con 30 camas y una unidad neonatal con 20. En 2018, asistimos 15.000 partos y más de 1.300 recién nacidos en estado grave fueron hospitalizados en neonatología. Además, trabajamos en la maternidad de otro hospital del área, a la que aportamos personal, capacitación y medicamentos esenciales.
Maternidad en Jost
Desde 2012, trabajamos en esta maternidad (en el este de Afganistán) para garantizar una atención segura a mujeres embarazadas y parturientas. La cantidad de partos que asistimos no deja de aumentar y en 2018 fueron 23.500. Se calcula que atendimos casi la mitad de los partos en la provincia de Jost.
También colaboramos con cinco centros de salud de distritos periféricos, con el fin de ampliar su capacidad para manejar los partos normales, de forma que el hospital de MSF pueda centrarse en los complicados. Este apoyo incluye el refuerzo del sistema de derivaciones al hospital, proporcionar suministros médicos, capacitación del personal y ayuda económica para contratar a más parteras; y construir edificios de maternidad nuevos para dos de los centros. También ofrecemos personal y recursos financieros y logísticos a la maternidad del Hospital Provincial de Jost.
Hospital de Boost, en Lashkar Gah
Desde 2009, damos apoyo al hospital provincial de Boost, uno de los tres únicos centros de referencia del sur del país. El hospital está ubicado en la capital de la provincia de Helmand, una de las áreas más afectadas por el conflicto; una de las consecuencias es que, en esta región, escasean los centros de salud plenamente operativos. Los controles de carretera y la inseguridad reinante también dificultan que la gente busque atención, por lo que a menudo llegan al hospital en estado crítico. En 2018, seguimos observando un aumento considerable en la cifra de pacientes y el hospital llegó a estar al límite de capacidad. Asistimos más de 14.000 partos, atendimos más de 133.500 urgencias y tratamos a más de 5.000 niños con desnutrición.
Apoyo de emergencia en Herat
En abril, comenzamos a trabajar en las urgencias del Hospital Regional de Herat, uno de los más importantes del oeste de Afganistán. Ofrecimos capacitación al personal del centro para mejorar el triaje y el flujo de pacientes y la atención a víctimas en masa. Se calcula que unas 150.000 personas desplazadas llegaron a la ciudad durante 2018 desde las áreas afectadas por los conflictos y la sequía de las provincias de Herat, Badgis y Gaur. En diciembre, abrimos una clínica de invierno para los desplazados asentados en las afueras de la ciudad, en especial para las mujeres y los niños menores de 5 años.
Tuberculosis resistente en Kandahar
Desde 2016, colaboramos con el Ministerio en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR) en la provincia de Kandahar. Ya entonces teníamos a 102 pacientes en el programa y más de la mitad iniciaron un régimen innovador que reduce el tiempo de un tratamiento que normalmente dura al menos 20 meses. En septiembre, comenzaron las obras de construcción de un nuevo centro para pacientes con tuberculosis, con 24 camas, cuya inauguración está prevista para 2019. También colaboramos con el Ministerio de Salud atendiendo a pacientes con TB-DR en el Hospital Regional de Miruais y en el Centro Provincial de TB. Solo en 2018, se diagnosticaron casi 1.100 casos de TB-DR.
Atención traumatológica en Kunduz
En julio de 2017, inauguramos una clínica ambulatoria para pacientes quemados o traumáticos leves, para pacientes diabéticos o de otras enfermedades que causan lesiones dermatológicas crónicas y para proporcionar cirugías previas. Nuestros equipos trataron a casi 2.400 personas y atendieron más de 14.000 consultas de seguimiento en 2018. Además, seguimos dirigiendo una pequeña clínica de estabilización en el distrito de Chardara, al oeste de Kunduz capital, e iniciamos la construcción de un nuevo centro traumatológico de MSF en esta última ciudad.
Después del ataque aéreo estadounidense que destruyó nuestro hospital traumatológico en 2015 y terminó con la vida de 24 pacientes, 14 miembros del personal y 4 cuidadores, participamos en discusiones con todas las partes del conflicto, para formalizar el compromiso de que el personal, los pacientes y los hospitales de MSF no serían atacados. Tenemos el compromiso explícito de que MSF puede tratar a toda persona que necesite atención médica, independientemente de su origen étnico, afiliación política o el lado del conflicto en el que se encuentre.