Según cifras oficiales, más de 30.000 personas que huían del conflicto en la provincia de Kasai, en la vecina República Democrática del Congo, se refugiaron en los campos improvisados de Cacanda y Mussungue, situados en la ciudad de Dundo (en la provincia de Lunda Norte). En abril, tras la llegada de las primeras 10.000 personas, MSF ayudó a instalar letrinas y garantizar el suministro de agua y abrió dos clínicas en los campos; además, MSF llevó a cabo varias vacunaciones masivas que llegaron a más de 5.000 niños. El personal de MSF también colaboró con los servicios de nutrición y pediatría del hospital de Chitato. En octubre, cuando la situación se había estabilizado y el número de consultas había disminuido de 2.000 a 800 por semana, estas actividades fueron traspasadas a otras organizaciones, lo que permitió que los equipos de MSF pudieran responder a otras emergencias.

MSF también trabajó en Namacunde, en la provincia meridional de Cunene, sumándose a la lucha contra la malaria y la desnutrición en una intervención que se prolongó hasta julio.

Entre enero y abril, a petición de las autoridades angoleñas, MSF respondió a los brotes de cólera en Soyo y Luanda, estableció centros de tratamiento del cólera e impartió formaciones al personal médico.

MSF continuará apoyando a las autoridades angoleñas para proporcionar servicios de atención médica de urgencia: su equipo de respuesta a emergencias está preparado para desplegarse cada vez que se declare una alerta sanitaria en el país.