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Casi un tercio de los adultos de Eswatini tienen VIH, lo que también aumenta su vulnerabilidad a la TB y a otras infecciones. En este contexto, en 2018, MSF siguió colaborando con el Ministerio de Salud en prevención y atención en la región de Shishelweni. También traspasó algunas de sus actividades de largo plazo al Ministerio y a organizaciones con las que venía colaborando; tal fue el caso del proyecto en la región de Manzini, que comenzó como una intervención de emergencia en 2010.
Nuestro trabajo en Eswatini se articula en torno a modelos de atención comunitaria, centrada en las necesidades del paciente, mediante una estrategia de ‘diagnostica y trata’, que consiste en iniciar el tratamiento ARV en cuando llega el diagnóstico, independientemente del estadio de la enfermedad.
Ofrecemos pruebas de VIH y TB en las comunidades, pruebas orales de VIH autoadministrada para colectivos a los que es difícil llegar (como personas que ejercen servicios sexuales de pago o los hombres que tienen sexo con hombres) y profilaxis previa a la exposición (PrEP) para los grupos de mayor riesgo. En 2018, 5.296 personas se hicieron la prueba autoadministrada de VIH y 468 iniciaron la PrEP.
Nuestros equipos también brindaron atención integral especializada a personas con VIH, algunas de las cuales ya necesitan tratamiento antirretroviral de segunda o tercera línea por fracaso de las anteriores. También proporcionamos diagnóstico y tratamiento in situ de otras enfermedades, como el cáncer de cuello uterino, la TB resistente a los medicamentos y la meningitis criptocócica, afecciones que generalmente se presentan en personas con VIH.
En 2018, 1.610 mujeres se hicieron las pruebas de cáncer cervical, de las cuales el 8% dieron positivo; de estas últimas, un 67% recibió tratamiento. Finalmente, dimos tratamiento profiláctico para la meningitis criptocócica a 26 pacientes.