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La prevalencia del VIH es superior al 10% en personas de 15 a 64 años de edad y es una de las más altas del mundo. Pero el programa nacional de VIH ya ha logrado un éxito importante: que más del 80% del millón de personas que viven con el virus hayan empezado el tratamiento. No obstante, se requieren estrategias más sólidas para prevenir las infecciones y reducir la mortalidad de los pacientes más vulnerables.
Atención para el VIH en Chiradzulu y Nsanje
En el distrito rural de Chiradzulu, enfocamos nuestras actividades de VIH en casos complejos, como los pacientes que ya están en la segunda o tercera línea de su tratamiento antirretroviral (ARV) y en los que sufren infecciones oportunistas o fracaso terapéutico. En 2018, nuestros equipos brindaron atención a casi 5.500 pacientes, de los cuales 2.500 eran niños y adolescentes.
Nuestros servicios incluyen consultas externas descentralizadas, dinamización de “clubes de jóvenes”, realización de las pruebas en los mismos puntos de atención médica, asesoramiento e ingreso hospitalario de los pacientes que lo necesitan.
En Nsanje, donde tenemos equipos en 10 centros de salud, ayudamos al Ministerio de Salud a aumentar el acceso temprano al tratamiento y a implantar modelos descentralizados de atención que involucran a la comunidad. Entre el 25 y el 30% de los pacientes con VIH buscan atención médica solamente cuando ya se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad, lo cual aumenta el riesgo de infecciones oportunistas y el riesgo de muerte. La mayoría ya están en tratamiento ARV y aún así tienen dificultades para seguirlo o han desarrollado resistencias.
Cáncer de cuello uterino
En Malaui, el 40% de las mujeres con cáncer tienen cáncer cervical, enfermedad que mata a unas 2.300 personas al año. Estamos desarrollando un programa integral que comprende despistaje, diagnóstico, vacunación, tratamiento, cirugía, quimioterapia, radioterapia y cuidados paliativos.
En 2018, realizamos pruebas de detección a más de 11.000 mujeres en los distritos de Blantyre y Chiradzulu, y comenzamos a construir una clínica especializada en el hospital Queen Elizabeth, el principal hospital universitario del país. Cuando se inaugure, la clínica contará con un quirófano, un servicio de hospitalización con 18 camas y una clínica de día, y poco a poco se le irán añadiendo otros servicios, como vacunación, quimioterapia y radioterapia.
Atención médica en prisiones
Traspasamos nuestros servicios de atención primaria de salud, VIH y tuberculosis (TB) en las prisiones de Maula, Chichiri, Dedza y Kachere a las autoridades penitenciarias y a otras organizaciones que continuarán con el trabajo. Hemos elaborado un kit con los componentes claves que debe tener la atención médica en un establecimiento penitenciario, de manera que el modelo que hemos desarrollado pueda implementarse en otros lugares. Más de 400 reclusos se beneficiaron de nuestros servicios de VIH y TB en 2018.
Desde 2014, también hemos trabajado para aumentar los servicios de salud sexual y reproductiva y de atención al VIH y la TB para las mujeres que proporcionan servicios sexuales en las inmediaciones de núcleos comerciales y ejes de transporte en los distritos de Dedza, Mwanza, Zalewa y Nsanje. Los datos de nuestro proyecto demuestran que estas mujeres tienen una probabilidad casi seis veces mayor de contraer VIH que el resto de la población femenina, pero que al mismo tiempo tienen mayores dificultades para acceder a los servicios de salud. Para finales de 2018, había 4.784 mujeres inscritas en el programa, incluidas 850 mujeres con VIH (de las cuales el 80% recibían tratamiento ARV).