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Sexual and reproductive healthcare in Mrima Hospital
Memoria Internacional 2018

Kenia

MSF en Kenia en 2018 MSF siguió respondiendo a emergencias y desafíos de salud pública en Kenia, como los brotes de enfermedad, la violencia urbana y el fracaso del tratamiento en personas con VIH. También mantuvo programas en los campos de refugiados de Dadaab.
Kenia

En Kenia, la esperanza de vida aumenta cada vez más, ya que las tasas de mortalidad han mejorado tanto para el VIH como para la tuberculosis (TB). Sin embargo, las enfermedades infecciosas y la mortalidad materna siguen siendo problemas graves.

Atención para el VIH en Homa Bay

A pesar de que la cobertura de tratamiento antirretroviral (ARV) en general es buena, muchas personas con VIH en el condado de Homa Bay siguen sufriendo el fracaso de su terapia y muchas se presentan en nuestros centros con VIH avanzado y otras afecciones, como el sarcoma de Kaposi. En 2018, nos centramos en el fracaso del tratamiento, el VIH avanzado y en programas para adolescentes. 

Más de la mitad de los pacientes del hospital de referencia del condado de Homa Bay –donde MSF trabaja en dos salas para adultos y una sala de TB– tienen VIH. En 2018, fallecieron de media unos 18 pacientes al mes, casi el 30% dentro de las 24 horas que siguieron al ingreso. Para responder a esta situación, hemos implementado varios sistemas innovadores, entre ellos, un laboratorio especializado y pruebas para los pacientes en el punto de atención, lo que ha favorecido que el tratamiento sea más rápido. En el hospital, también dirigimos una clínica de seguimiento que trabaja en colaboración con los centros de salud locales a los que acuden los pacientes, con el fin de crear un flujo continuo de atención lo más cerca posible del hogar.

Obstetricia vital en Mombasa

En Likoni, en mayo, finalizamos la rehabilitación del centro de salud de Mrima, que sustituye al centro temporal prefabricado donde veníamos trabajando desde hace dos años. El nuevo centro tiene 36 camas, consultas más amplias y mejores equipos médicos, lo que nos permite brindar una mejor atención a una mayor cantidad de futuras madres en una zona densamente poblada y que no cuenta con ningún otro centro de atención obstétrica o neonatal de emergencia. En 2018, nuestros equipos asistieron casi 7.000 partos, más de la mitad de ellos en el nuevo centro. También ofrecimos servicios prenatales, asistencia médica para las víctimas de violencia sexual y promoción de la salud en la comunidad. 

Enfermedades no transmisibles en Embu

También formamos al personal del Ministerio de Salud del condado de Embu para mejorar la atención a enfermedades no transmisibles en los centros de atención primaria. La primera promoción incluye a cuatro auxiliares clínicos, cinco enfermeros y seis trabajadores comunitarios de salud, a los que se han impartido módulos sobre asma, diabetes, hipertensión y epilepsia. 

Usuarios de droga en Kiambu

Tras una evaluación en 2018, observamos una necesidad importante de atención médica integrada para personas usuarias de drogas en el condado de Kiambu. En colaboración con organizaciones locales, realizamos una campaña de concienciación para ayudar a la comunidad a comprender el problema, y en 2019 abriremos una clínica especializada en Karuri. Nuestro objetivo es reducir las tasas de enfermedad y mortalidad ligadas al abuso de medicamentos opioides, ofreciendo a estas personas servicios de salud adecuados, terapias de sustitución y apoyo. 

Un equipo de emergencia en Nairobi
Un equipo de emergencia inmoviliza a un hombre que había resultado herido en un accidente de tráfico en Eastleigh, un suburbio de Nairobi (octubre de 2017).
Kiki/MSF

Víctimas de violencia en Nairobi

Dirigimos un servicio de derivación mediante ambulancias, un centro de atención telefónica gratuita y una sala de traumatología en la zona de Eastlands de Nairobi, para mejorar la atención de emergencia para las víctimas de violencia urbana. En 2018, nuestros equipos recibieron más de 7.600 llamadas, que llevaron a 6.230 intervenciones en ambulancia y 4.340 derivaciones a centros de salud. El equipo de la sala de traumatología atendió 9.250 consultas, principalmente pacientes sin cita previa.

También dirigimos una clínica especializada para víctimas de violencia sexual y de género en Eastlands, y brindamos apoyo en otros cuatro centros dirigidos por el Ministerio de Salud. En 2018, atendimos a un promedio de 269 pacientes al mes, un 18% más que el año anterior. Los equipos de actividades externas ampliaron sus tareas de concienciación, para explicar qué es la violencia sexual y de género, y qué tipo de asistencia hay disponible.

Además, continuamos colaborando con el Ministerio de Salud en el control de la tuberculosis resistente a los medicamentos (TB-DR), con el suministro de equipos y mediante capacitaciones. Nuestro innovador programa, que traspasamos en 2017, incorporó el uso de máquinas GeneXpert para el diagnóstico de las cepas resistentes, así como la administración de los nuevos medicamentos orales bedaquilina y delamanida. También logramos el primer tratamiento con éxito en el país de un paciente con TB extrarresistente. En 2018, hicimos una prueba piloto de nueve meses de un régimen de tratamiento que adoptó el Ministerio de Salud.

Atención médica en los campos de Dadaab

Continuamos ofreciendo atención médica integral a más de 70.000 refugiados en el campo de Dagahaley, en Dadaab, así como a la comunidad local; tenemos un hospital de 100 camas y dos puestos de salud descentralizados. En 2018, realizamos más de 175.000 consultas externas e ingresamos a más de 10.000 pacientes. Nuestros equipos ofrecieron además apoyo nutricional, salud sexual y reproductiva, cirugía de emergencia, asistencia médica y psicológica a víctimas de violencia sexual, vacunaciones, salud mental, tratamiento del VIH y la TB, cuidados paliativos para pacientes con enfermedades crónicas y control de insulina en el hogar para personas con diabetes. 

Respuestas a emergencias

En 2018, nuestros equipos de emergencias respondieron a varios brotes de enfermedades y otras emergencia. Durante estas intervenciones, se movilizaron servicios de ambulancia, se dispensó atención médica y se distribuyeron kits de artículos de primera necesidad en las comunidades arrasadas por incendios en todo el país. 

Las intensas lluvias de principios de año causaron un brote de cólera que se prolongó durante cinco meses en los condados de Nairobi, Embu, Isiolo, Garissa y Turkana. Tratamos a muchos pacientes y aportamos suministros médicos y logísticos para favorecer una respuesta más amplia. 

En marzo, enviamos personal y suministros médicos para apoyar la respuesta a un brote de gripe porcina en Nanyuki, en el condado de Laikipia, y en junio colaboramos con el Ministerio de Salud para responder a un brote de fiebre del valle del Rift en el condado de Wajir. Esta fiebre es causada por un virus que transmiten los mosquitos y moscas que se alimentan de sangre, y es potencialmente mortal; ayudamos en la atención a 82 pacientes y en las medidas de contención del brote, que llevó un par de semanas. 

Al final del año, respondimos a una gran afluencia de heridos que llegaban de la vecina Etiopía, concretamente del condado de Moyale, donde había estallado un brote de violencia. El equipo brindó apoyo en el hospital de distrito de Takaba (en el condado de Mandera), que recibió a más de 100 personas heridas en tres días. 

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